Expertos del American Group of Quality (AGQ) y GQ recomiendan mantener la constancia en actividades placenteras que estimulan la imaginación, ya que favorecen el bienestar emocional y la salud mental.

La creatividad no solo inspira obras de arte o proyectos originales: podría ser la clave para conservar un cerebro más joven durante más tiempo. Así lo revela una investigación internacional liderada por el Global Brain Health Institute (GBHI) en Trinity College Dublin, que sugiere que cultivar actividades creativas —desde la música hasta la repostería— mantiene la mente fresca, activa y, sorprendentemente, rejuvenecida.
En medio de la preocupación global por el envejecimiento cerebral, los datos invitan a considerar la imaginación, la curiosidad y el juego como aliados esenciales para la salud cerebral a cualquier edad.
La mente creativa envejece más lento
El equipo dirigido por Agustín Ibáñez, PhD, y Carlos Coronel, PhD, descubrió que las personas que practican regularmente actividades creativas presentan cerebros que, en promedio, se ven entre cinco y siete años más jóvenes en comparación con quienes no cultivan estos intereses.
Los resultados, recogidos por SELF y GQ, plantean que la creatividad podría ser tan determinante para el bienestar cerebral como la alimentación equilibrada o el ejercicio físico.
El estudio se basó en el análisis de más de 1.400 participantes a través de escáneres cerebrales y el uso de un “reloj cerebral” para comparar la edad biológica del cerebro con la edad cronológica. Los creativos expertos —bailarines de tango, músicos, artistas visuales y jugadores de estrategia, entre otros— evidenciaron una juventud cerebral superior a la esperada, mientras que quienes se iniciaban en estas prácticas también experimentaron mejoras, aunque en menor medida.
Además, los investigadores analizaron el impacto de aprender una nueva habilidad creativa en adultos; por ejemplo, tras dedicar 30 horas en dos meses a jugar un videojuego, los voluntarios obtuvieron una reducción de entre dos y tres años en la edad aparente de su cerebro, según detalló SELF.
Estos hallazgos cobran relevancia al considerar que el proceso de envejecimiento cerebral puede empezar tan pronto como a los 30 años y verse acelerado por factores como enfermedades cardiometabólicas, la privación de sueño o la exposición a la contaminación, advirtió Ibáñez a SELF.
Ante estos riesgos, la creatividad se destaca como un aliado capaz de ralentizar el deterioro cerebral. Coronel, primer autor del estudio, sintetizó en SELF: “Cuanto más se obtiene, mejor le va a la cabeza”, en relación con la frecuencia de las actividades creativas y sus beneficios.

Cómo la creatividad protege el cerebro
El equipo identificó varios mecanismos que explican este efecto protector. Según SELF, los cerebros de creativos expertos y principiantes presentan una comunicación más fluida entre regiones cerebrales, lo que facilita el procesamiento de la información.
También se observa una organización de los datos más eficiente y una baja tendencia a la hiperexcitabilidad, es decir, menos sobrecarga de actividad que podría restar eficacia al cerebro, puntualizó Coronel.
Las mejoras aparecen principalmente en zonas especialmente sensibles al desgaste, como la corteza prefrontal —clave para la toma de decisiones y la planificación— y el hipocampo, esencial para la memoria. SELF resalta que estas áreas tienden a deteriorarse primero y se relacionan con enfermedades como la demencia, por lo que estimularlas a través de la creatividad podría ayudar a proteger los centros neurálgicos de la salud mental a largo plazo.

Varias formas, un mismo beneficio
Tanto SELF como GQ coinciden en señalar que los beneficios no se restringen a una sola disciplina. El estudio incluyó pasatiempos tan diversos como la pintura, la música, la repostería o el aprendizaje de idiomas, y todos demostraron efectos positivos.
Ibáñez señaló a SELF que lo esencial es el proceso creativo, más que la actividad elegida. Estas prácticas suelen implicar imaginación, atención plena y expresión personal, lo que además se vincula a una reducción del estrés y una mejor gestión emocional, dos factores que también favorecen un cerebro más joven.
Para quienes desean sumar creatividad a su rutina, los expertos recomiendan priorizar el disfrute y la constancia. Ibáñez aconsejó a SELF escoger actividades placenteras, ya que el placer favorece la concentración y el compromiso cotidiano, potenciando así los beneficios.
Por su parte, Coronel señaló que no hace falta dedicar extensas jornadas: basta con reservar 30 minutos por semana para notar resultados. Considerar la creatividad un componente más del autocuidado, al igual que la alimentación y el ejercicio, es una estrategia eficaz para mantener el cerebro en forma.
Por último, los investigadores subrayan que el talento innato no es necesario para aprovechar estos efectos. Ibáñez recalcó a SELF que la dedicación y el entusiasmo resultan mucho más importantes que la técnica o el “don” artístico. Lo relevante es atreverse a explorar y disfrutar el proceso creativo, sin importar el nivel de experiencia.

Con información de Infobae por Martina Cortés Moschetti.