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Quizás, no todo está perdido. Quizás.
Por: Néstor Romero Mendoza
Por Néstor Romero Mendoza
Publicado en 20/10/2025 17:58 • Actualizado 20/10/2025 18:54
PENSAR
Obra del maestro Oswaldo Guayasamín que forma parte de dos series de pinturas: «La edad de la ira» y «Mientras viva siempre te recuerdo».

 Hay otras formas de pensar el mundo. Quizás, no todo está perdido. Quizás.

  

Estaban limpios. Los cuchillos, la sierra eléctrica, la moladora, la podadora manual y un machete. Todos se veían limpios. Tampoco había rastros de sangre ni restos humanos en paredes y piso de aquella casa en Sauces 9, Guayaquil, donde en días pasados de este octubre, la policía halló a Martha Cecilia Solís Cruz, una abogada que había sido reportada desaparecida y que empezó a morir cuando la discusión con su hija, Andreina, superó la agresión verbal y devino en el estrangulamiento de Martha con el cable del cargador de un teléfono celular. Quizás era del dispositivo en que Andreina, con 32 años, le preguntó al Dios Internet “cómo desintegrar huesos humanos” y “cómo evitar el olor de un cadáver”. Lo hizo con las mismas manos con las que desmembró a Martha y guardó los fragmentos corporales en fundas que metió en una lavadora y un tacho azul, el color que, según la psicología, simboliza serenidad, calma, tranquilidad, paz, entendimiento, protección y control. El tiempo es valioso y más cuando no lo tienes. Martha nunca atinó en el día en que su hija la mataría, Andreina sabía que ponerle sal a ese cuerpo bien roto, de 49 años, retardaría su descomposición y que los desinfectantes ayudarían a camuflar el olor siniestro, pretendiendo ganar horas para algo más que solo estaba en su mente, y que fue truncado cuando los uniformados entraron a su vivienda pues sospechaban de su actitud, de sus acciones para despistar las investigaciones, de sus contradicciones. Desde que fue descubierta, Andreina viene exteriorizando en palabras cómo mira el mundo, y lanzando detalles sobre la utilización de inteligencia artificial para crear la voz de su madre y simular que seguía con vida, recogió Expreso.

En Ecuador vivimos tiempos difíciles, raros y violentos.

Confieso mirar pocas notas periodísticas de crónica roja, un mucho por espanto. Tal cual sucedió cuando diferentes medios reportaron esta nota policial, provocando algo similar al primer atentado explosivo que vivió el país, en enero de 2018, frente al Comando de Policía de San Lorenzo, Esmeraldas. O cuando se iban develando detalles del caso que hoy los ecuatorianos conocemos como Los 4 de las Malvinas. Horror.

Una forma de normalizar algo es repitiéndolo. Cuando se automatizan conductas o comportamientos se convierten en lo que llamamos rutinas o algo rutinario, que van desde lo más básico como respirar, parpadear, reaccionar; procesos que no precisan atención central para ejecutarlos, salvo tengamos alguna compleja condición de salud. Así, por ejemplo, da la sensación que tras más de 1500 días consecutivos de crímenes registrados en todo el territorio nacional, la violencia ya forma parte del paisaje. Tal vez por dinámicas propias de la vida contemporánea, donde todo es fluidez-vértigo, incertidumbre, con identidades temporales y la cada vez más escaza capacidad de generar vínculos personales-profesionales a largo plazo. Es a lo que el filósofo Byung-Chul Han crítica conceptualizándola como la "sociedad del rendimiento" y "sociedad del cansancio". Somos gente que se auto explota hasta el agotamiento. Que no disfruta del silencio y que perdió rituales como la sobremesa para prestar más atención a los dispositivos. Según él, abandonamos la sociedad industrial, disciplinaria y coactiva, marcada por el “tú debes”, para entrar en una sociedad posindustrial, determinada por el “tú puedes”, y saturada por un exceso de positividad. El “yo real” no es suficiente ante las esperanzas generadas por el “yo ideal”. Son cosas del positivismo tóxico muy difundido por coachs. Por fortuna, hoy el conocimiento se democratizó y no hay verdades únicas sino percepciones de que esta existe. Basta con tener un celular con acceso a internet para mirar el mundo y descubrir lo que queramos. Algo así como lo que hizo Andreina en su desgracia familiar, lastimosamente.

Escribo sobre el mundo como es, no como me gustaría que sea. En Ecuador, hoy empieza la quinta semana del paro nacional indefinido que arrancó convocado por la Conaie y al que se han sumado otras organizaciones sociales, colectivos de artistas, profesionales, intelectuales, estudiantes universitarios, ambientalistas y de derechos humanos, en contra, inicialmente, de la subida del precio del diésel decidida por el gobierno de Daniel Noboa. A 29 días de iniciada la protesta, la crítica social se expandió hacia toda la gestión del Presidente y la resistencia suma voluntades en la misma medida que la represión de las fuerzas del orden.

Hace dos meses escribía que una buena idea mal ejecutada se podía transformar en mala idea, pero que una mala idea bien ejecutada muy probablemente se convertiría en crisis. Cuando el Presidente decidió calentar las calles con las marchas de Quito y Guayaquil intentando dañar la reputación de la Corte Constitucional porque sus decisiones técnico-jurídicas iban a contramano de las suyas, facilitó un pie de apoyo o impulso que legitima hoy a las manifestaciones populares con cierres viales y plantones en las calles.

Del lenguaje agresivo, del insulto y el agravio solo pueden surgir más rupturas, resentimientos y odios. Esto es algo muy de los extremismos de la esfera política en el mundo, pero también de la vida cotidiana. Vaya si Martha lo sufrió ante Andreina. Por el origen etimológico de la democracia, quien no está de acuerdo con un postulado es un opositor, mas no un enemigo a destruir.

Desde la visión de quienes sienten placer por presentaciones de Excel o Canvas, en este paro indefinido el Presidente está ganando pues mantiene intacto su plan de ajuste económico, aun a costilla de los más débiles como es asumido por los manifestantes. Para otros tantos, el Presidente va perdiendo porque no podrá seguir gobernando de la misma manera que lo venía haciendo, pues sus ideas y ejecutorias están quedando manchadas.

Noboa ganó dos veces las presidenciales porque fue el candidato distinto. Pero ya no es el nuevo. ¿Cuán fácil es quitarle sus cosas a la gente y explicarle que es lo mejor que le puede pasar? Quienes lo han intentado terminaron extremadamente debilitados, mínimamente, de acuerdo a la historia. ¿La mayoría vota para que le quiten lo que tiene? Es infinitamente superior la cantidad de personas que no entienden de indicadores macro económicos ni de balanzas comerciales, pero sí conocen las balanzas de las tiendas del barrio y están sintiendo que los costos de vida han subido, tal cual reportan los medios de comunicación.

Se puede pensar distinto, fuera de la caja. Daniel Kahneman es un psicólogo conductista que ganó el Nobel de Economía por sus investigaciones psicológicas aplicadas a la economía. Investigó, entre tanto, la felicidad, definiéndola como un estado de bienestar medible de manera objetiva (la experiencia del momento) y retrospectiva (la memoria y valoración del pasado). Así, el crecimiento económico tiene sentido en cuanto produzca desarrollo y un mayor nivel de bienestar para un mayor número de personas. En 1972, el entonces rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck, propuso por primera vez un pensamiento opuesto al tradicional Producto Bruto Interno (PBI): la Felicidad Interna Bruta (FIB), que reconoce las necesidades espirituales, materiales, físicas y sociales de un individuo como un fenómeno colectivo y ecológicamente sostenible, tanto para las generaciones actuales como las futuras. Sobre sus cuatro pilares fundamentales, gira la política pública: desarrollo socioeconómico sostenible, preservación de valores culturales, conservación del medio ambiente y un buen gobierno. De entonces a 2025, Bután es un país donde sus habitantes y visitantes sienten que se puede vivir mejor.

Ojalá lo de Martha y Andreina no forme parte de esta nueva normalidad que vivimos. Hay otras formas de pensar el mundo. Quizás, no todo está perdido. Quizás.

 

 

Néstor Romero Mendoza

Asesor de comunicación política estratégica

Columnista www.vibramanabi.com 20/10/2025

Byung-Chul Han. La sociedad del cansancio.

 

 

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